viernes, 27 de febrero de 2015

Cuando las mujeres se reúnen a hablar de tecnología

Este 25 de febrero tuvimos la oportunidad de facilitar la mesa “Mujeres, TIC y desarrollo” del II Encuentro Nacional de Mujeres “Juntas construyendo ciudadanía por un desarrollo local inclusivo”. Nos reunimos más de 30 mujeres, de diversas edades y regiones del país con el objetivo de construir colectivamente ideas básicas sobre las necesidades de las mujeres en el tema de la tecnología, y así incluirlas que un pronunciamiento como resultado del encuentro.

Iniciamos la sesión presentándonos como facilitadoras y hablando del trabajo de EnRedadas. Luego fue el turno de las participantes y para dinamizar la sesión ubicamos en una mesa papeles con nombres de diversas herramientas tecnológicas: plancha, laptop, lavadora, celular, tractor, Windows, Ubuntu, etc. Cada participante se presentó y compartió su primera experiencia en relación a la herramienta que le tocó.

Escuchamos las experiencias de compañeras que aprendieron a manejar en un tractor, compañeras que dedicaban sus recreos a ser la niñera del tamagochi de una amiga de clases, compañeras que atesoraban cassettes para grabar y regrabar canciones en la radio, otras cuya primera experiencia con una Tablet fue al comprarla para sus hijxs. Experiencias diversas que nos permitieron comprender que la relación mujeres / tecnología está marcada por sus realidades geográficas, por las construcciones de género y la situación socioeconómica.

Para continuar la dinámica de debate y brindar a las participantes elementos de análisis: les pedimos que se organizaran en pareja, les facilitamos datos sobre la participación de las mujeres en el mundo de las tecnologías y les orientamos que reflexionaran sobre el dato, para luego volver a la plenaria y compartir impresiones.
Lo primero que quedó claro es que no existen datos contextualizados en relación al uso de la tecnología: no tenemos datos realistas sobre el acceso a Internet en Nicaragua, mucho menos datos desagregados por género o investigaciones desde la perspectiva de las mujeres. Los últimos estudios se basan en datos de las compañías que brindan el servicio de Internet domiciliar y dejan por fuera las conexiones desde espacios con públicos como ciber café, parques, centros comerciales  o las conexiones móviles.

Sobre el reconocimiento de las mujeres en la tecnología como ámbito laboral, destacan dos aspectos: por un lado que las mujeres han sido históricamente invisibilizadas, dejándose fuera de la historia los aportes de mujeres como Ada Lovelace, Heydi Lamar, las mujeres de la ENIAC, entre otras. Por otro lado que, en la actualidad, las cadenas de producción masiva de tecnología (zonas francas tecnológicas) están integradas por mujeres que reciben salarios mínimos y se encuentran en condiciones de trabajo precarias. Aunque se reporta que en los últimos años ha aumentado el número de alumnas en las carreras de matemáticas e ingeniería, esto no se traduce en puestos de trabajo con mejor remuneración para las mismas.

Para promover la participación de las mujeres en el ámbito tecnológico, se identifica como una necesidad, promover y estimular el lado creativo e innovador de las niñas. Las currículas educativas deben dejar espacio para la exploración y el descubrimiento, experiencias que en muchos casos se ven limitadas por el condicionamiento de género.

A medida que hablábamos de la necesidad de re pensar nuestra presencia en la Internet, de resignificar los espacios, poco a poco salieron a luz experiencias violencias vividas a través de lo virtual. 

En nuestra región hay experiencias del uso de la Internet para crear perfiles de defensorxs de derechos humanos, experiencias de ataques “trolles” que pretenden detener publicaciones; y también tenemos experiencias cercanas de mujeres cuyas fotos son tomadas sin su consentimiento para luego ser editada sobre un cuerpo sin ropa, o fotos intimas tomadas para compartir en pareja que luego se publican en sitios pornográficos. Reconocemos que lo que pasa en Internet dialoga con la realidad.

También identificamos un vacío regulatorio en cuanto a la violencia virtual. No tenemos una herramienta legal para reclamar los derechos de mujeres violentados a través de la tecnología. En ese sentido se destacó la necesidad de pensar en estrategias de seguridad para lidiar con estas ¨nuevas¨ violencias.

Reconocimos la necesidad de salir de esta actividad con un compromiso personal de compartir nuestros conocimientos con otras mujeres, empoderarnos de nuestras capacidades y habilidades tecnológicas, compartir información sobre el tema, no perpetuar condicionamientos de género a través de nuestras publicaciones y gestionar espacios de reflexión como el que estamos compartiendo; pero, tal vez, a menor escala.  

Cerramos la sesión con la redacción de las siguientes conclusiones:

  • Necesitamos que se genere educación consciente, responsable e integral para promover la creatividad e innovación en las artes, las ciencias y las tecnologías, para mujeres de todas las edades y generaciones.
  • Necesitamos un marco regulatorio para sancionar a las personas que utilicen la tecnología para ejercer violencia en cualquiera de sus formas.
  • Es clave reconocer la posibilidad de una internet feminista, lo cual demanda un compromiso de las organizaciones de mujeres para promover la investigación y el empoderamiento, apostando al diseño de estrategias de prevención de la violencia machista en la red.
  • Auto reconocer nuestros conocimientos y capacidades en el tema de las tecnologías, comprometiéndonos a convocar y gestionar espacios para compartir entre mujeres.   

Terminamos el día escuchando las conclusiones de todas las mesas de trabajo, exponiendo nuestras conclusiones y con la promesa de mantenernos en contacto para seguir trabajando en el tema. 

¡A seguir enredándonos!



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