Este 25 de febrero
tuvimos la oportunidad de facilitar la mesa “Mujeres, TIC y desarrollo” del II
Encuentro Nacional de Mujeres “Juntas construyendo ciudadanía por un desarrollo
local inclusivo”. Nos reunimos más de 30 mujeres, de diversas edades y regiones
del país con el objetivo de construir colectivamente ideas básicas sobre las
necesidades de las mujeres en el tema de la tecnología, y así incluirlas que un
pronunciamiento como resultado del encuentro.
Iniciamos la sesión
presentándonos como facilitadoras y hablando del trabajo de EnRedadas. Luego
fue el turno de las participantes y para dinamizar la sesión ubicamos en una
mesa papeles con nombres de diversas herramientas tecnológicas: plancha, laptop,
lavadora, celular, tractor, Windows, Ubuntu, etc. Cada participante se presentó
y compartió su primera experiencia en relación a la herramienta que le tocó.
Escuchamos las
experiencias de compañeras que aprendieron a manejar en un tractor, compañeras
que dedicaban sus recreos a ser la niñera del tamagochi de una amiga de clases,
compañeras que atesoraban cassettes para grabar y regrabar canciones en la
radio, otras cuya primera experiencia con una Tablet fue al comprarla para sus
hijxs. Experiencias diversas que nos permitieron comprender que la relación
mujeres / tecnología está marcada por sus realidades geográficas, por las
construcciones de género y la situación socioeconómica.
Para continuar la
dinámica de debate y brindar a las participantes elementos de análisis: les
pedimos que se organizaran en pareja, les facilitamos datos sobre la
participación de las mujeres en el mundo de las tecnologías y les orientamos
que reflexionaran sobre el dato, para luego volver a la plenaria y compartir
impresiones.
Lo primero que quedó
claro es que no existen datos contextualizados en relación al uso de la
tecnología: no tenemos datos realistas sobre el acceso a Internet en Nicaragua,
mucho menos datos desagregados por género o investigaciones desde la
perspectiva de las mujeres. Los últimos estudios se basan en datos de las
compañías que brindan el servicio de Internet domiciliar y dejan por fuera las
conexiones desde espacios con públicos como ciber café, parques, centros
comerciales o las conexiones móviles.
Para promover la
participación de las mujeres en el ámbito tecnológico, se identifica como una
necesidad, promover y estimular el lado creativo e innovador de las niñas. Las
currículas educativas deben dejar espacio para la exploración y el
descubrimiento, experiencias que en muchos casos se ven limitadas por el
condicionamiento de género.
A medida que
hablábamos de la necesidad de re pensar nuestra presencia en la Internet, de
resignificar los espacios, poco a poco salieron a luz experiencias violencias
vividas a través de lo virtual.
En nuestra región hay experiencias del uso de la Internet para crear perfiles de defensorxs de derechos humanos, experiencias de ataques “trolles” que pretenden detener publicaciones; y también tenemos experiencias cercanas de mujeres cuyas fotos son tomadas sin su consentimiento para luego ser editada sobre un cuerpo sin ropa, o fotos intimas tomadas para compartir en pareja que luego se publican en sitios pornográficos. Reconocemos que lo que pasa en Internet dialoga con la realidad.
También identificamos
un vacío regulatorio en cuanto a la violencia virtual. No tenemos una
herramienta legal para reclamar los derechos de mujeres violentados a través de
la tecnología. En ese sentido se destacó la necesidad de pensar en estrategias
de seguridad para lidiar con estas ¨nuevas¨ violencias.
Reconocimos la
necesidad de salir de esta actividad con un compromiso personal de compartir
nuestros conocimientos con otras mujeres, empoderarnos de nuestras capacidades
y habilidades tecnológicas, compartir información sobre el tema, no perpetuar
condicionamientos de género a través de nuestras publicaciones y gestionar
espacios de reflexión como el que estamos compartiendo; pero, tal vez, a menor
escala.
Cerramos la sesión
con la redacción de las siguientes conclusiones:
- Necesitamos que se genere educación
consciente, responsable e integral para promover la creatividad e
innovación en las artes, las ciencias y las tecnologías, para mujeres de
todas las edades y generaciones.
- Necesitamos un marco regulatorio para
sancionar a las personas que utilicen la tecnología para ejercer violencia
en cualquiera de sus formas.
- Es clave reconocer la posibilidad de una
internet feminista, lo cual demanda un compromiso de las organizaciones de
mujeres para promover la investigación y el empoderamiento, apostando al
diseño de estrategias de prevención de la violencia machista en la red.
- Auto reconocer nuestros
conocimientos y capacidades en el tema de las tecnologías,
comprometiéndonos a convocar y gestionar espacios para compartir entre
mujeres.
Terminamos el día escuchando las conclusiones de
todas las mesas de trabajo, exponiendo nuestras conclusiones y con la promesa
de mantenernos en contacto para seguir trabajando en el tema.
¡A seguir
enredándonos!
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