Tuve una relación con alguien que cada vez
que algún amigo o amiga que no conocía me escribía; siempre suponía que yo
estaba siendo infiel. Si era mi cumpleaños, leía todos los comentarios que me
habían escrito en mis redes sociales y si alguien me ponía un beso o un corazón
me acusaba de infidelidad. Cuando me escribía con mis amigas, quería leer los
mensajes. Siempre me reclamaba sobre la seguridad de mi celular y redes, decía
que algo de infidelidad ocultaba. En esa época creí que era normal de alguien que
había vivido una infidelidad, pero ¡no es cierto! No tenemos la obligación de
lidiar heridas pasadas, cada quien se lame sus propias heridas, sin herir a
otros.
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